Reflexión ante el proceso electoral

Luego de una historia política de democracia entrecortada, la última en la década de los 90 interrumpida por el gobierno fujimontesinista que sembró la corrupción en el corazón del Estado y sus instituciones, nuestro país se encamina por cuarto periodo consecutivo a entregar su conducción en un proceso democrático, lamentablemente, marcado por las inhabilitaciones a candidatos. Un proceso, donde advertimos que la candidatura que representa la ruptura del orden constitucional, ha desplegado una estrategia, con el apoyo de los poderes fácticos, que busca acomodar un escenario que le sea favorable para un triunfo holgado.

Frente a este escenario, debemos reconocer que el Gobierno Nacionalista del Presidente Ollanta Humala, se ha conducido con respeto irrestricto a la democracia, a la libertad de expresión y al Estado de Derecho. También debemos reconocer, que ha construido las bases para crecer con inclusión y hacer posible las reformas estratégicas que nuestro país necesitaba, reformas que no se miden en 5 años, pero marcan caminos a continuar para que los resultados beneficien a todo un país, más allá de los plazos de gobierno. 

No ha sido fácil emprender reformas profundas en un contexto cambiante y de menor crecimiento internacional. Sin embargo, un manejo económico responsable ha permitido al Perú ser uno de los pocos países en el mundo que creció sin dejar de invertir en las mejores condiciones de vida de los peruanos y peruanas. 

La prioridad por la educación ha llevado a invertir más del 4.0% del PBI, una cifra histórica que ha permitido por ejemplo, que por primera vez, 19 etnias estudien con maestros bilingües y materiales en su propia lengua y que cerca de 90 mil jóvenes y maestros accedan a una educación superior y post grados becados por el Estado. Así como, la implementación de una Propuesta Educativa que priorice la meritocracia en todos las Escuelas públicas y los Colegios de Alto Rendimiento. 

La reforma de la salud se refleja, entre otros aspectos, en el acceso al aseguramiento de 16 millones de peruanos en el SIS y más de 10 millones en ESSALUD; el intercambio prestacional para la atención de asegurados en establecimientos de ESSALUD, MINSA y FF.AA.; en el equipamiento de hospitales públicos con tecnología avanzada que supera la utilizada en centros privados; así como el PLAN ESPERANZA que atiende de manera gratuita y al 100% a los pacientes de cáncer. 

Los programas sociales han contribuido a disminuir la pobreza extrema en nuestro país y a romper la transmisión intergeneracional de la misma. Hoy, Cuna Más, Pensión 65, Beca 18 y Juntos, son referentes a nivel internacional, no están partidarizados y sus resultados han permitido lograr la acreditación ISO 9001. 

El Plan Nacional de Diversificación Productiva empieza a marcar un nuevo rumbo de desarrollo económico más balanceado y mayores oportunidades a las regiones, sobre todo a aquellas que carecen de materias primas, interconectándolas además con infraestructura vial y productiva. Sin apagar uno de los principales motores de nuestra economía como es la minería, el Perú empieza a encender nuevos motores en sectores productivos y competitivos. No cabe apagar motores, sino encender nuevos para lograr balance, por ello, pensamos que el posextractivismo, promovido por Tierra y Libertad, no es el rumbo que se merece el Perú del Bicentenario. 

Lo ganado en inclusión y crecimiento debe seguir porque no podemos darnos pausas en el proceso de mejorar las condiciones de vida, sobre todo, de los que aún a pesar de los esfuerzos, se mantienen en situación de vulnerabilidad. Si hoy la pobreza se redujo al 20% el compromiso debe apuntar a continuar lo que ha dado resultado y mejorarlo. 

Hoy, frente a un proceso electoral tenemos la responsabilidad de elegir por una visión de país que no signifique un estancamiento de lo ya logrado en el Perú, en términos democráticos y de crecimiento con inclusión social. El rumbo que tome el Perú debe considerar que somos un país pluricultural, un pueblo capaz de superar grandes dificultades por su extraordinaria fuerza, capacidad creadora y emprendedora. Un pueblo capaz de mejorar en el camino, sobre la marcha, pero nunca detenerse. 


Nadine Heredia Alarcón 
Presidenta del Partido Nacionalista Peruano

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